Camprodon

1. MONASTERIO DE SANT PERE

En el año 904 el obispo de Gerona, Servus Dei, consagró en Camprodon una iglesia dedicada a San Pedro. Entre el 948 y el 950 (aproximadamente) el conde Wilfredo II de Besalú la erigió en monasterio benedictino. El abad y los monjes fueron los principales organizadores del crecimiento demográfico y económico de Camprodon entre los siglos X y XII. En 1078 el conde Bernat II lo unió al monasterio occitano de Moissac, dependencia que se mantuvo durante casi cuatro siglos, hasta 1461. La iglesia, de planta de cruz latina y una sola nave cubierta con bóveda apuntada y cimborrio en el crucero, fue consagrada el 13 de noviembre de 1169. La restauración tuvo lugar en dos fases, la primera a partir de 1898 (A. Serrallach) y la segunda entre 1932 y 1933 (J. Martorell), que le confirieron el aspecto actual. Las guerras y las desamortizaciones han hecho que se perdiera para siempre el complejo monacal. Algunos capiteles de su claustro románico sostienen hoy el altar mayor de la iglesia parroquial.

2. PASEO MARISTANY

A partir de los años 1924-1925, la construcción de segundas residencias por parte de los veraneantes de Camprodon, principalmente barceloneses, se trasladó del Paseo de la Font Nova al Paseo Maristany. La construcción de este paseo se realizó en los terrenos de casa Aulí, una masía que Francesc Maristany (1849-1929) había comprado para construir allí una residencia familiar. Pero Francesc Surinyach, contratista y maestro de obras, convenció Maristany para que, además de edificar su torre, promoviera una actuación urbanística de mayores proporciones. La autoría del proyecto se atribuye al arquitecto Bernardí Martorell (1877-1937), que ideó un paseo central amplio, flanqueado por hileras de árboles y ligeramente curvado, con lo que consiguió recrear la sensación de infinitud que puede sentirse en plena montaña. Enrique Sagnier (1858-1931), Raimon Duran Reynals (1895-1966), Josep Antoni Coderch (1913-1984) o Francesc Mitjans (1909-2006) son algunos de los arquitectos que participaron en el diseño de las distintas casas. Entre ellas destaca la torre García, donde se alejó Juan Negrín al final de la Guerra Civil, o la finca denominada Vora del Ter, que cuenta con una pequeña iglesia románica y un claustro procedentes de San Esteban de Gormaz, en la provincia de Soria.

3. PONT NOU

En la documentación medieval se llama «pont Nou» (puente Nuevo) en oposición a «pont Vell» (puente Viejo) (el de casa Carrera), un puente de piedra de dos arcos que pasa por encima del Ritort cerca del cruce de la calle Valencia. Aunque el «pont Nou» se llama popularmente «puente romano» o «románico», se trata de una construcción de unos 20 x 14m edificada a partir del año 1315 y tal vez rehecha en 1362.

A consecuencia del terremoto del año 1428 sufrió varios desperfectos. Destruido durante la Guerra Civil catalana (guerra de los Remensas, en la segunda mitad del siglo XV) y reconstruido, con muchas modificaciones, a lo largo de los siglos siguientes. La entrada fortificada se conoce como Puerta de Cerdaña, porque era el punto final del camino real que venía de los condados alto-pirenaicos en dirección al litoral gerundense.