Etapa Carrilet II
Sant Feliu de Guíxols - Girona
La Ruta del Carrilet II tiene un recorrido de 39,7 kilómetros, con una pendiente suave que alcanza su punto más alto en Cassà de la Selva. Seguir la ruta permite conocer las comarcas del Gironès y el Baix Empordà a través de un paisaje en mosaico donde podemos disfrutar de una panorámica extraordinaria. La peculiaridad del trazado es la suavidad de las pendientes y curvas. Su recorrido está formado por una línea sinuosa matemáticamente trazada sobre el territorio.
Kilómetros 39,7 km
Desnivel 0,5%
Dificultad Mínima
Pavimento Saulón compactado
Altitud máxima 136 m (Cassà de la Selva)
Altitud mínima 0 m (Sant Feliu de Guíxols)
NOTA IMPORTANTE: Esta ruta se explica en el sentido de las agujas del reloj, siguiendo la descripción de la ruta Pirinexus. En general, pero, la ruta explicada como vía verde se describe des la montaña hacia el al mar (Girona – Sant Feliu de Guíxols).
La Ruta del Carrilet tiene un recorrido de 39,7 kilómetros, con una pendiente suave que alcanza el punto más alto en Cassà de la Selva (136 metros). Seguir la ruta del antiguo tren de vía estrecha permite conocer las comarcas del Baix Empordà y el Gironès.
Partimos de Sant Feliu de Guíxols, pueblo pesquero del que destaca el monasterio de Porta Ferrada, que acoge el Museo de Historia de la Ciudad y el Espacio Carmen Thyssen. En el puerto, delante del edificio del Tinglado (antiguo almacén donde descargaban las mercancías), se encuentra el llamado quilómetro 0 de la vía verde.
Seguimos pedaleando en dirección a Castell d’Aro y Santa Cristina d’Aro, núcleos medievales remarcables, por último, llegamos a Romanyà, otro núcleo medieval bien conservado, del que destacan la iglesia de Sant Martí y el dolmen de la cueva d’en Daina.
Entre el paisaje de las Gavarres y los bosques de alcornoque, llegamos a Llagostera, el primer municipio entrando a la comarca del Gironès, que tiene una vista privilegiada sobre la depresión de la Selva. De camino a Cassà de la Selva, cruzamos la depresión tectónica, un territorio hundido con fallas responsables de la existencia de aguas calientes en diferentes puntos de la zona. Una vez llegamos al pueblo, vemos la importancia de la huella que ha dejado la industria del corcho durante muchos años, puesto que mantiene unas construcciones destacables de aquella época. Enseguida encontramos Llambilles, y una emblemática escultura en memoria del Carrilet.
La depresión ha dado numerosas terreras de arcilla. Este material, trabajado con maestría, ha permitido desde hace más de 700 años la elaboración de cerámicas varias. La villa de Quart es su núcleo principal y, a pie de la vía verde, podemos encontrar el Museo de la Cerámica.
Siguiendo la ruta, llegamos a Girona, la ciudad más importante. La silueta urbana o skyline está dominada por la catedral y la iglesia de Sant Feliu, unas de las obras góticas más sorprendentes de Europa. Su historia es, aun así, mucho más compleja y se lee sobre las piedras. Desde la Gerunda romana hasta la Girona del siglo xxi, el barrio viejo conserva una de las juderías más importantes de Cataluña.
La peculiaridad del trazado del ferrocarril que une Sant Feliu de Guíxols con Girona es la suavidad de sus pendientes y curvas. El recorrido está formado por una línea sinuosa matemáticamente trazada sobre el territorio. El pavimento es de un material granular de tipo sablón, que queda muy integrado en la tipología de los terrenos que atraviesa el itinerario.
Descarga del track y la guía detallada para conocer si hay alguna dificultad concreta en cada tramo, y los mejores atractivo turísticos de la zona. (enlace)